lunes, 27 de diciembre de 2010

Mi inspiración

Hoy traté de escribir un poema y no pude. Aunque un dadaísta pueda negar mi motivo, yo sé que no pude por falta de inspiración.
La inspiración para mí tenía nombre propio y hoy ya no está. Pero no pienso escribir de ella, porque no es especificamente a ella a quién extraño. Es más, hay días en que me puedo preguntar si es que ya no la extraño. Más que todo, extraño extrañarla. Sí, sé que es un juego de palabras, pero es verdad.
Echo de menos preocuparme por el día de mañana. ¿Cómo la voy a saludar?¿Qué le voy a decir?¿Qué le puedo regalar?¿Se lo diré, por fin, esta vez? ¿Mi mano no estará mi fría cuando coja la suya?
Todavía anhelo su sonrisa que, si tenía suerte, se convertía en risa. La paz interior de verte feliz, el amor que producías en mí al estar feliz a mi lado.
Extraño su pequeña letra, especialmente cuando, con tal solo unas palabras, me transportaba a otra realidad... tan solo cinco letras eran suficientes para estar a punto de explotar porque mi corazón bailaba de felicidad: " TE AMO".

Una brisa de aire, como la que alguna vez te despeinó, me acaba de decir algo. Mi inspiración eras tú... y lo sigues siendo.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Una corta historia sobre la distancia

Viernes 5 de Junio
La conocí cuando cumplí 7 años. Fue una de las tantas invitadas de mi fiesta de cumpleaños. Era, aunque no lo supe hasta unos días después, mi vecina. Todavía sigo pensando que, tal vez, si la hubiera conocido antes algo habría sido distinto. No recuerdo con exactitud todo lo que pasó ese día, recuerdo escenas dispersas... y en casi todas está ella.
Se llamaba Lucía. Tenía un año más que yo y corría más rápido que yo. Por eso fue que la descubrí de entre tantos chiquillos que estábamos jugando. Una simple carrera entre los tantos que éramos aquel día fue nuestra presentación. "Te gané", me dijo, mientras se burlaba de mí mostrándome su lengua. Ahora, al recordar ese momento, comprendo la belleza, en esos tiempos ignota para mí, de su liso pelo. Negro. Fragante.
Otra cosa que no aprendí hasta más adelante, fue el significado de la política. Su padre, luego de un periodo muy criticado como Gobernador, tuvo que ir (¿huir?) a otro país. Ella, como es lógico, fue con él. No tuve la oportunidad de decirle adiós. Me enteré cuando fui a buscarla luego de volver de un viaje de tres días que tuve con mi familia. Un encargado estaba terminando de vender algunas cosas que quedaban en su casa. Eran cerca de las 7 de la noche. Ese día no quise cenar y no solté la revista que le tenía que devolver hasta que, sin entender muy bien qué pasaba, mi almohada secaba algunas lágrimas de mi rostro. Al parecer, fue un emergencia. Días después, era común ver a la policía revisando la ya abandonada casa. "Cosas de grandes" me tranquilizaban en casa.
¿De qué vale traer al recuerdo estas cosas? No lo hago con intención melancólica. Tan solo es que... creo que hoy la vi. Creo haberla visto luego de 5 años de no saber absolutamente nada de ella. Mas como repito, no estoy seguro. La duda existe por culpa mía. No me he afeitado en casi dos años, he crecido y ahora uso lentes. ¿Qué tiene eso que ver? Es que, en el lapso en que cruzamos miradas, de haber estado igual como antes, de haber sido ella, me hubiera reconocido y al menos tendría la certeza que está en la capital, tan alejada de nuestro antiguo hogar. ¿Cómo saber si efectivamente fue ella? ¡¿Pero es que existe duda, realmente?! ¡La vi! ¡Era ella! Pelo suelto, pantalón café y abrigo verde.
Los largos años que compartimos experiencias fueron la mejor época de mi vida. Corriendo por amplios campos verdes, teniendo la posibilidad de esconderse detrás de establos, árboles, silos, terrenos abandonados... tan en contraste con todo el concreto a mi alrededor. Los subterráneos podrán ser más rápidos, pero jamás te darán el placer de un viaje a caballo al aire libre.
Extraño eso. La extraño a ella. Jamás tuve la oportunidad de decirle algo significativo... creo que ni siquiera entendía esa extraña sensación que emergía de dentro de mí cada vez que la veía. Una lástima, sin lugar a dudas. Espero verla nuevamente, y juro que cruzaré hasta delante de un tren con tal de coger su mano una vez más

viernes, 10 de diciembre de 2010

Un abrazo sin fin



Te tengo en mis brazos. Sí. Puedo agarrarte con fuerza para que no te vayas, puedo -aunque sea por un instante- tener la seguridad de que no te alejarás nunca de mí, que jamás tendré que extrañarte ni recordar cómo un pasado no tuvo la fuerza, la constancia o las ganas para convertirse en presente para siempre. Mientras me aferro a ti el mundo cambia. El universo entero, creado girando de acuerdo a su propio ritmo, comienza a girar teniéndonos a nosotros como centro. La lluvia que nos moja, la nieva que nos congela, Junto a ti, ahora, puedo sentir más que nunca tu aroma. Esa fragancia que cada vez que me inunda me vence... simplemente me baja cualquier defensa que pueda tener y... y no puedo hacer nada que no sea pensar en ti y.. y... me da una paz interior. ¿Sabes? Creo que envidio a tu almohada. ¡Me muero de celos! Sé que suena tonto e infantil. Pero solo ella es capaz de disfrutar tu olor noche tras noche. Yo solo tengo estos abrazos, fugaces, pero suficientes (aunque solo por un tiempo)

jueves, 2 de diciembre de 2010

Mientras duermes


Duermes. Luego de un día en que hemos hechos tantas cosas yo tambièn estoy cansado. Las mudanzas son así, supongo. Lamento haber hecho una escena cuando rompieron tu espejo. Pero sé lo mucho que significaba para ti... por eso me descontrolé. Espero que mi "lo siento" llegue a tus sueños. Ojalá estés soñando conmigo.
Yo estoy soñando. No lo puedo creer, realmente. Luego de tantos miedos, de tanas indecisiones, de tantos abismos entre nosotros, por fin podemos decir sin miedo que vamos a estar juntos por siempre. Al diablo los que dicen que el primer amor es solo el de práctica. Te prometo que construiré otras recuerdos que puedan reemplazar al espejo... cuidaremos a nuestros hijos y serán grandes personas. Envejeceremos juntos. Cuando el cuerpo ya nos esté fallando te aseguro que todavía distrutaré sentarme a tu lado a ver los atardeceres. Sí.
Dulces sueños.

viernes, 26 de noviembre de 2010

sábado, 6 de noviembre de 2010

Dolor

¿Qué puede doler más que verte con un ramo de rosas de otro? ¿Quizá recordar que alguna vez cargaste uno mío?

jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Quién eres?

Te veo caminar... cargas siempre una carpeta y unos cuantos libros bajo el brazo. El apuro que empuja tus pies te despeina un poco, pero una sonrisa no deja de florecer en tu rostro. Creo saber tu nombre. He escuchado mientras busco un asiento cerca al tuyo que decir 'Lili' es suficiente para llamar tu atención. Lili Lili Lili Lili. Y me pregunto qué música escuchas, de qué ries, a qué santo le rezas tan fervorosamente. ¿Te gustaría caminar alguna vez conmigo mientras nos bañamos de las últimas luces del crepúsculo? ¿Sueñas como yo que el cambio climático nos dé nieve aunque sea una vez al año? ¿Esperarías una carta con emoción?

viernes, 29 de octubre de 2010

Amor verdadero

Tú me vuelves a enamorar
Cada día un poquito mas
Esta vida y la que vendrá
Tus encantos no paran de brillar


jueves, 28 de octubre de 2010

Soledad

¿Qué es la soledad sino la falta de ti? 
¿Qué es la soledad sino imaginarte sabiendo que nunca podré abrazarte?


domingo, 17 de octubre de 2010

Te extraño




Estás sentada a mi lado. El frío viento de este invierno plagado de fantasmas blancos nos obliga a tener algo de calor al hacernos temblar. Veo tus ojos. Veo los míos reflejados en ellos. Y veo miedo. El miedo de saber que todo no es más que una realidad falsa. Que el dolor nos hace sentir que es real, pero estamos tan lejos que no podemos ni tocarnos.Y estando tú a mi lado te extraño. Quizá te extraño más que si estuvieras físicamente lejos de mí. Al menos quedaría la esperanza de volvernos a encontranos y morir juntos. Sin embargo, mientras miles de millones de agujas de relojes no dejan organizar nuestra vida en segmentos iguales que avanzan sin parar, yo no puedo salir de un mismo lugar... de tu lado

jueves, 14 de octubre de 2010

Cartas de amor

Hace muchas décadas, las cartas viajaban durante semanas por barcos. Las cartas luchaban, junto a los tripulantes, contra tormentas o ataques piratas para poder cumplir su misión: unir a dos personas que se amaban a la distancia.
Hoy en día, no existe comparación con la facilidad de  enviar un correo electrónico. Sin ermbargo, a pesar de que es algo muy fácil de hacer, cuando veo en mi bandeja de entrada tu nombre, aunque sea solo una vez al año, me hace feliz.

viernes, 1 de octubre de 2010


Te amo. Sé que no estoy al nivel de las chicas que te gustan. Sé que jamás me has mirado y que quizá te desagrada que sea tan opuesta a tu modo de vida. Mis amigas, entre todas, tienen cientos de fotos tuyas. Eres su ídolo. Por otro lado estoy yo: no tienes idea cuántas ganas tengo de tomarte una foto con mi celular y ponerla de fondo de pantalla. Así te podría ver antes de dormir y al despertar; podría imaginar que recoges un mechón de mi desordenado cabello y que, mientras haces aquello, rozas mi mejilla con tus cálidas manos. ¡Pero cómo puedo tomarte una foto si no puedo ni siquiera resisitir mirarte directamente a los ojos!

Tu sonrisa


Una foto.. vuelve especial un instante que pudo pasar desapercibido. Una foto puede inmovilizar momentos infinitos. Como tu sonrisa. No es solo por tus delicados gestos y la curvatura de tus labios... es algo más. Sé lo limitada que puede ser una metáfora, pero la felicidad que me produce verte reir es como el paisaje que se puede ver luego de caminar horas alejándose de la creado por el humano. Cuando alguien observa la belleza de la creación en su plenitud,  no es solo ver las montañas nevadas, los cristalinos ríos, los animales que se cuidan entre sí,  los árboles y las diminutas gotas de agua que reflejan la belleza del cielo... es algo más que deja deslumbrado a uno y le transmite una paz interior.

viernes, 24 de septiembre de 2010

No me dejes



No me dejes. Todavía necesito saber de ti para vivir. Eres quien le da cuerda a mi corazón. 

Sus palabras resonaban en la oscura soledad. Ambos, con lágrimas en los ojos, sabían que sus manos no iban a poder soltarse nunca más. Que, a pesar de que el mundo y lo que sostiene este los estaban separando, no dejarína de estar juntos.
La nieve los cubría, pero el abrazo -que los hacía sentir un solo ser por un instante- los mantenía cálidos.