viernes, 1 de octubre de 2010


Te amo. Sé que no estoy al nivel de las chicas que te gustan. Sé que jamás me has mirado y que quizá te desagrada que sea tan opuesta a tu modo de vida. Mis amigas, entre todas, tienen cientos de fotos tuyas. Eres su ídolo. Por otro lado estoy yo: no tienes idea cuántas ganas tengo de tomarte una foto con mi celular y ponerla de fondo de pantalla. Así te podría ver antes de dormir y al despertar; podría imaginar que recoges un mechón de mi desordenado cabello y que, mientras haces aquello, rozas mi mejilla con tus cálidas manos. ¡Pero cómo puedo tomarte una foto si no puedo ni siquiera resisitir mirarte directamente a los ojos!




Tengo un lugar especial. Voy ahí cada vez que quiero relajarme. Puedo ver la infinidad de cielo y la claridad del mar. En invierno, dejo que la nieve caiga sobre mi cuerpo, para que el sentimiento cálido que me produce pensar en ti no crezca más. Y, aunque sé que no va a suceder, sueño con que un día llegues y limpies la nieve de encima de mí. Y que mantengas tu mano sobre mi cabeza y juegues con mi pelo. Quizá te des cuenta que he cambiado de peinado para llamar tu atención. Aunque solo he hecho un cambio, planeo miles frente al espejo cada día. Siempre los ensayo con mi mejor sonrisa. Diciéndole Hola, ¿cómo estás? a mi reflejo.
Tengo unas cuantas cartas. Puedes considerar esta una de ellas. Ni siquiera recuerdo cuándo comencé a escribir cartas que sé que no voy a darte jamás. En más de una ocasión he estado temblando frente de tu mochila o a unos pasos de ti para hacerte llegar alguna, pero es imposible.
Reconozco que hay algo curioso en mi situación. No siento celos. Cuando veo a las demás chicas ir corriendo hacia ti y recibir de tu parte una de tus sonrisas (me gusta decirles que son 'completas' porque creo que muestran toda tu belleza) no siento celos. Me siento feliz por ellas. Pero al mismo tiempo, siento que algo dentro de mí deja de funcionar. Es como si se desgarrara algo por dentro y dejara un vacío. Y duele. Duele mucho. Pero como ya he dicho, no siento celos. Muchas veces, amigas de mucho tiempo se pelean solo porque una pudo estar a solas contigo. Sé que actúas como si no te molestara, pero yo creo que sí. Miras hacia otro lado por unos instantes cuando se pelean frente de ti. Por favor, entérate de alguna manera que yo no hago eso. Sería lo único bueno en mí. Y aunque no sea suficiente para que me quieras, que consideres que tengo algo bueno me bastaría. Me haría única frente a todos los demás.
No sé qué hacer. Le pido a Dios que me permita estar a tu lado. Y sé que no vas a leer esto, y no me pasa desapercibido que las estas palabras pueden ser vacías y carentes de significado en otras personas, pero yo te amo

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